Prueba Dodge Challenger 2016
Manejé la versión R/T Scat Pack 2016 con su nuevo color del año: ‘Plum Crazy’
En la tradicional competencia de los muscle cars americanos donde los eternos rivales siempre han sido el Ford Mustang, el Chevrolet Camaro y el Dodge Challenger, este último es mi favorito.
El Dodge Challenger 2016 tiene una gran mezcla de personalidad y espíritu práctico. A primera vista es impresionante, especialmente por sus grandes dimensiones y el bramido de su motor; sin embargo, una vez pasado este punto, se convierte en un gigante amable fiel a su dueño, pero con el poder suficiente como para ‘destruir’ a cualquier adversario.
Tuve la oportunidad de manejar el Dodge Challenger R/T Scat Pack 2016 en el quinto mes de mi embarazo, cuando aunque todavía no me sentía muy incómoda, la posición de manejo comenzaba a cobrar una nueva importancia en mi día a día. Este fue el primer aspecto que el Challenger superó de manera sobresaliente, la posibilidad de ajustar el asiento y el volante según las necesidades del conductor es un punto relevante y en mi momento actual, no negociable.
En el interior, este vehículo inmediatamente muestra reminiscencias del espíritu retro de sus antecesores. No hay que equivocarse, son solo las formas, Dodge se ha encargado de proveerlo con una sólida base de tecnología y si hace algunos años su sistema de información y entretenimiento no era de los más amigables del mercado, actualmente esto ha cambiado radicalmente. El sistema Uconnect, con una pantalla interactiva, es efectivo y rápido. La unidad de pruebas traía integrada la superpantalla de 8.4 pulgadas, un fabuloso ‘upgrade’ a la versión base de 5 pulgadas. En la consola central encontramos también botones gigantes y convencionales para controlar el clima y el audio, una opción que además de cumplir con el objetivo estético, siempre encuentro muy conveniente.
En cuanto al espacio por dentro, si bien ya mencioné que es cómodo y amplio para el conductor y su acompañante, vale la pena destacar que las dimensiones son decentes para los asientos traseros. Este tipo de auto no se caracteriza por ofrecer mucha amplitud en las plazas posteriores, sin embargo, en las del Challenger podrían entrar dos adultos.
Si tuviera que señalar un punto débil para este vehículo sería la visibilidad, contra la cual atenta el propio diseño del automóvil. No es la mejor, pero tampoco se convierte en un problema o impedimento a la hora de conducir. Y las múltiples asistencias de manejo y estacionamiento con que cuenta el Challenger, definitivamente alivian mucho el efecto.
La ‘joya de la corona’ del Dodge Challenger es su famoso motor Hemi, para la versión R/T Scat Pack 2016 es un formidable V8 SRT de 6.4 litros, que despliega 485 HP y 475 libras-pie de torsión, que trabajan acoplados a una transmisión automática de 8 velocidades.
La economía de combustible para esta versión es de 15 mpg en ciudad y 25 mpg en carretera, para un consumo combinado de 18 mpg.
A pesar de que no estuve ni remotamente cerca de explotar la potencia de este auto, quedé más que satisfecha con su calidad de manejo. Los fanáticos disfrutarán de todas las alegrías y pasiones que es capaz de transmitir un V8; al mismo tiempo, el Challenger ofrece la posibilidad de un viaje compuesto, sereno y cómodo.
En la batalla del músculo americano, el Dodge Challenger es un clásico entre clásicos y en mi opinión, el que más sentido tiene.
Precio del Dodge Challenger R/T Scat Pack 2016: $37,995
Precio total de la unidad de pruebas: $41,085