Un espectacular fin de semana en Miami con el Lincoln MKX 2016
Nuestra experiencia con el rediseñado Lincoln MXK 2016
Siempre que pienso en los autos de Lincoln me viene a la mente la imagen de Elizabeth Taylor, la gran diva de Hollywood famosa no solo por su talento en la pantalla, sino también por su amor por las joyas, sus varios matrimonios y su abrumadora belleza. Liz Taylor tenía un Continental Mark II, uno de los vehículos más selectos de su época, personalizado con una pintura especial que reflejaba los famosos ojos violetas de la actriz. Fue esta asociación entre Elizabeth Taylor, lujo y la marca Lincoln, lo que determinó para mí el espíritu de lo que sería un fin de semana ideal en Miami.
Con la oportunidad de probar el nuevo Lincoln MKX 2016 en puerta, debíamos crear una especie de programa para disfrutar con este auto. Una de las ventajas que teníamos –y que está disponible para los clientes de Lincoln- es la opción Concierge que ofrece la firma, un servicio que además de ayudarte con los asuntos relacionados con tu auto, también te facilita la vida con reservaciones o compras.
Vivir con uno de los mejores periodistas especializados en autos del país significa que tu pareja pasa mucho tiempo viajando. Este es mi caso, por lo que nuestra idea era poder disfrutar del MKX sin salir de la ciudad, una misión que no es difícil cuando vives en un lugar tan maravilloso como Miami.
Mi primer recorrido oficial con el Lincoln MKX 2016 fue en dirección al hotel Mandarin Oriental Miami. Comencé por programar el sistema de navegación y la experiencia resultó rápida y efectiva; así sería con todo el sistema de entretenimiento e información, intuitivo y fácil de usar. Cuando la pantalla mostró la imagen del mapa con una nota informativa de admiración sobre el spa del hotel, supe que el fin de semana estaba destinado a ser un éxito.
Lincoln se ha encargado de rediseñar profundamente el MKX. Como consecuencia de este esfuerzo, encontramos un look más dinámico que se revela en las airosas líneas del auto, motores más eficientes y nuevas tecnologías de seguridad y asistencias de conducción, entre los puntos más relevantes.
En el interior la cabina es cómoda y los materiales de buena calidad, con bastante espacio en los asientos delanteros y traseros, e infinidad de compartimentos para colocar pertenencias. Los colores son sobrios y algunos acentos metálicos le dan un refrescante toque de modernidad.
Desde el asiento del piloto el manejo se siente sólido y estable. El MKX incluye tres diferentes modos de conducción: Normal, Sport y Confort, para cambiar de acuerdo a las necesidades y preferencias de cada quien. La aceleración es consistente y la dirección precisa; en todo momento las sensaciones de manejo fueron fluidas, y vale la pena mencionar que en más de una ocasión probamos este vehículo bajo fuertes lluvias. Uno de mis elementos favoritos es la nueva cámara de video de 360 grados, muy útil especialmente como asistencia para el parqueo y en algunos momentos en que por tu posición podrías tener poca visibilidad.
Tuve oportunidad también de disfrutar del MKX en el sitio del copiloto, y aproveché para ‘jugar’ con las diferentes funciones que incluye el vehículo, entre ellas, un masaje brindado por el asiento, en el que puedes regular incluso las zonas y la presión del movimiento; y por supuesto, el magnífico sistema de sonido, creado especialmente para este modelo.
Acompañados del Lincoln MKX 2016 fuimos al teatro. The Arsht Center presentaba la obra Lookingglass Alice, una original versión de la tradicional Alicia en el País de las Maravillas que resultó ser un perfecto plan familiar. Se los recomiendo mucho sobre todo para los niños, pues trae una dosis de humor y acrobacias que mantiene muy entretenidos a los pequeños (en cartelera hasta el 16 de agosto).
Caminatas en la mañana por el cayo de Brickell, la despampanante vista de la bahía de Biscayne, una sesión de spa y la tentadora comida del restaurante peruano La Mar completaron el fin de semana cortesía de Lincoln.
De toda esta vivencia, dos cosas quedaron marcadas con fuerza en mi memoria: el nivel de personalización de la experiencia y la exquisita atención a los detalles. En un tiempo como el que vivimos, en que los clientes exigen muchísima calidad -y dan por sentado que la recibirán-, quizás estos dos puntos sean los elementos más fuertes con que cuenta Lincoln para destacarse entre sus contendientes en el mercado del lujo. Al fin y al cabo, a todos nos gusta que nos consientan y de vez en cuando, sentirnos tan fabulosos como Liz Taylor.