Año tras año veo todos los anuncios dedicados al Mes de la Herencia Hispana, que se celebra entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre. Generalmente los veo de manera pasiva, sin ponerles demasiada atención o darles una connotación personal. Sin embargo, esta vez fue diferente, pues recibí una invitación directa de Chevrolet para manejar uno de sus vehículos y tomar un tiempo para homenajear mi origen hispano.

No cabe duda que 2020 ha sido un año singular. Entre tantos retos y hasta momentos de tristeza, es especialmente importante crear intencionalmente espacios dedicados a celebrar nuestras victorias, no importa si son pequeñas o grandes.

En septiembre, este espacio llegó de manera oficial, primero a mi agenda, y luego a la puerta de mi casa en la forma de un camión: el Chevrolet Silverado Crew RST 2WD 2020.

Si alguna vez has leído mis posts seguramente sabrás que me encantan los camiones. Por mucho tiempo les tuve un respeto que rayaba en temor… hasta el día en que decidí manejarlos. En caso de que también te intimiden los autos tan grandes, al final de este blog te voy a dejar un par de recomendaciones basadas en mi experiencia que espero te sirvan de ayuda.

CHEVY SILVERADO 2020, IMPRESIONES

El Chevrolet Silverado goza de una excelente reputación y es uno de los camiones más populares y de mayor venta en el mercado de Estados Unidos.

Para 2020, una de las mayores novedades en este vehículo es la opción de un nuevo motor turbodiesel de 3.0 litros, y justo esa fue la versión que tuve oportunidad de manejar. Este propulsor turbodiesel provee al Silverado con una aceleración poderosa pero balanceada, una impresionante capacidad de torque y una economía de combustible destacada para un auto de estas dimensiones.

El consumo de combustible para este modelo es de 23 millas por galón en ciudad y 33 millas por galón en carretera, para un consumo combinado de 27 millas por galón.

El look del Chevy Silverado es otra de sus virtudes. Es un camión atractivo, con un diseño anguloso, que inspira sensación de poder.

Por dentro lo mejor es el espacio, amplio para los asientos delanteros y traseros, con múltiples compartimentos para guardar tus pertenencias. Tan solo en el frente, encuentras doble guantera, compartimento gigante al centro y espacios para tres botellas en la puerta.

El interior no es ultramoderno, sino más bien tradicional, con énfasis en los materiales resistentes y sin tratar de aparentar lujos.

Otro punto muy favorable es el sistema de información y entretenimiento, que se controla desde una pantalla en la consola central y es extremadamente intuitivo y fácil de manejar.

Me sentí muy cómoda con los sistemas de seguridad. Cuando estoy a bordo de un vehículo de grandes proporciones siempre agradezco las cámaras y las asistencias de parqueo, así como las alertas para tráfico cruzado y cambio de carril.

De más está decir que a mi familia le encantó moverse en este carro. Especialmente a mi hijo de 4 años, quien además le agrega la diversión de subirse a jugar a la cama del camión.

Uno de los cumplidos que recibí más de una vez mientras manejé el Chevrolet Silverado, estuvo dedicado al color, un azul muy especial llamado Northsky Blue Metallic, que realmente luce fantástico.

AVENTURAS PARA CELEBRAR EL MES DE LA HERENCIA HISPANA

Para alguien que nació y creció en Cuba, como yo, es fácil sentirse en casa en Miami, pues continuamente te encuentras con personas que comparten tu origen y también, con más hispanos provenientes de otras naciones del continente.

La certeza de saber que algo “está ahí”, a veces de alguna manera te frena de disfrutarlo. Pasan semanas y meses, hasta que te das cuenta del tiempo que hace que no visitas uno de tus lugares favoritos o que no bailas al ritmo de la música latina.

En este ocasión me decidí a remediar el tiempo perdido con un paseo por la famosa y tradicional Calle Ocho, símbolo de la ciudad de Miami y muestra latente de la cultura cubana.

Si no conoces la Calle Ocho en la pequeña Habana - Little Havana - con su colorido, sus olores y su algarabía, te recomiendo que vayas a darte una vuelta. Este es el mejor lugar para comprar una guayabera (camisa típica cubana), habanos, piezas de artesanía o comer en un restaurante con verdadero sabor latino.

Y hablando de restaurantes, aunque hay muchos donde elegir, te recomiendo que hagas al menos una parada en Versailles.

Versailles tiene un área dedicada al restaurante y una al café. Si tienes poco tiempo, vete a la segunda y pide - para llevar - unos pastelitos de guayaba y unos capuchinos. (Yo sé que me vas a agradecer más tarde). Este también es un buen sitio para tomar un café cubano, dulce, intenso y casi tan poderoso como el Chevy Silverado.

A BORDO DE UN CAMIÓN

Tal y como te prometí, te dejo algunas recomendaciones que van a facilitar tu primera experiencia manejando un camión, si es que te pasa como a mí y te llega a intimidar este tipo de vehículo.

Prueba primero a manejar en un sitio donde te sientas cómoda y comprueba cuán realmente complicado de manejar es el camión. Te aseguro que va a ser mucho más sencillo de lo que parece.
Siempre toma unos instantes para ajustar tu posición de manejo (especialmente si otra persona ha estado manejando antes que tú). Ajusta la distancia del asiento a los pedales, la posición del volante y de los espejos retrovisores. Todo esto antes de poner el vehículo en marcha.
Si piensas usar el sistema de navegación, pruébalo primero en un área que conozcas para que te sientas segura.
Recuerda el tipo de combustible que usa tu auto. Un error entre gasolina y diesel es fatal para la máquina y ocurre más frecuentemente de lo que te imaginas.

Mi última sugerencia y la más importante: disfruta el proceso.