Carrusel69 by Odette Jimenez

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Festival of Speed en Miami

Cómo pasar un domingo en Miami, reunión de superautos en el hotel Epic

Es cierto que cuando se vive en Miami una está acostumbrada a encontrarse con autos fabulosos de toda clase. No importa que tan alta llevas la música cuando un Ferrrari te pasa por al lado, inmediatamente sientes el rugido del motor. Y no importa si eres hombre o mujer, a cualquiera se le ponen los pelos de punta. Aun así, habituada al desfile de Ocean Driver y de Bal Harbor, la reunión de autos de Festival of Speed en el hotel Epic fue especial.

Hay marcas que sencillamente no pueden faltar en una reunión de lujo; Bugatti, por ejemplo, subida en un pedestal desde los tiempos de ‘Le Patron’ Ettore; Bentley, Aston Martin y algunas otras omnipresentes. La visión de estos ejemplares siempre es bienvenida; sin embargo, la razón por la cual realmente yo quería visitar este evento era el Pagani Huayra.

Tengo que confesar que hasta el día de hoy, solo había visto al Huayra en fotos. Y es que aunque una viva en Miami y esté relacionada con el mundo de los autos, no todos los días te tropiezas con un chico con carrocería de más de un millón de dólares. ¿Qué se puede esperar de un automóvil inspirado en el Dios de los Vientos de los Incas? Excitación, aventura y un motor biturbo de doce cilindros en V capaz de desarrollar más de 700 HP.

Una mirada al interior de este superauto y el panel de instrumentos se veía casi tan impresionante como el de la cápsula de la cual Félix Baumgartner saltó al espacio esta mañana. Por ahora solo puedo soñar qué se sentiría manejarlo…

No se me ocurrió sumar todos los ceros que se juntarían con los precios de los lujosos autos que asistieron al Festival of Speed. Tampoco me atreví a contar los caballos de potencia que se acumularían en esta reunión. Rolls Royce, Porsche, Ferrari, Maserati, Fisker Karma, Tesla, Lamborghini… De este último, un ejemplar en dorado que parecería haber acabado de aterrizar de Dubai.

En exhibición también había algunas motocicletas interesantes, los yates (no me subí) y relojes y otras piezas de lujo. ¿Un domingo como en cualquier ciudad del mundo? No, así son los domingos en Miami.